Ya hemos hablado acerca de la claustrofobia, más adelante te dejo el enlace del tema principal que tienes que leer. Pero seamos más específicos aquí, hablemos del miedo a los lugares cerrados con mucha gente.
El tema general a continuación: Claustrofobia
No es exactamente lo mismo, aunque si es un miedo que se encuentra inmerso en lo que es la claustrofobia común. También te contaremos una historia que te servirá de ejemplo.
¿Qué es el miedo a los lugares cerrados con mucha gente?
Es una fobia que produce ansiedad cuando el afectado se encuentra en un lugar cerrado, y al mismo tiempo hay mucha gente.
A diferencia de la claustrofobia general, es necesario que haya una cantidad de personas importante respecto al tamaño del lugar, para que se produzca la fobia.
En otras palabras, una persona con claustrofobia común o general, puede tener miedo a cualquier tipo de lugares encerrados, haya o no haya gente. Mientras que los que padecen de miedo a los lugares cerrados con mucha gente, pueden que estén tranquilo si no hay personas en ese lugar pequeño.
Historia y ejemplo de la claustrofobia con mucha gente
Jesús González tenía 10 años cuando su fobia a los lugares cerrados con mucha gente comenzó. Su familia se había mudado a una nueva ciudad y él estaba emocionado de empezar a conocerla.
Un día, su madre lo llevó a la escuela en autobús. El autobús estaba lleno de gente y Jesús se sentía cada vez más claustrofóbico. No podía respirar y empezó a sentir pánico. Su madre lo ayudó a salir del autobús, pero el daño ya estaba hecho.
Inicio del miedo a los lugares con mucha gente y encerrados
Desde ese día, Jesús empezó a evitar los lugares cerrados, pero con la particularidad de que hubiera mucha gente.
Nos sospechaban que fuera claustrofobia, porque podía subirse a un ascensor sin problema. Y nunca fue a un profesional.
No quería ir al cine, a los centros comerciales con muchas personas, ni a los conciertos. Su fobia le estaba empezando a limitar la vida.
Jesús busca ayuda profesional
Cuando Jesús cumplió 20 años, decidió buscar ayuda profesional. Empezó a ir a terapia y a tomar medicamentos para la ansiedad. Poco a poco, empezó a superar su fobia.
Ahora, está mucho mejor. Todavía tiene un poco de ansiedad cuando está en lugares cerrados con grupos grandes de gente, pero puede controlarla. Ha aprendido a afrontar su miedo y no le impide hacer las cosas que le gustan.
Un día, estaba caminando por la calle cuando vio un cartel de un concierto de su banda favorita. Sabía que quería ir, pero también sabía que le daría miedo. Decidió enfrentarse a su fobia y comprar una entrada.
El día del concierto, estaba nervioso, pero también emocionado. Se puso su camiseta de la banda y se dirigió al recinto. Cuando llegó, vio que el lugar estaba lleno de gente. Jesús empezó a sentir ansiedad, pero se recordó a sí mismo que estaba preparado.
Se sentó en la parte de atrás del recinto, donde había menos gente. Empezó a disfrutar del concierto y, para su sorpresa, no sintió tanto miedo como pensaba. Al final del concierto, estaba feliz de haber superado su fobia.
Jesús sigue en tratamiento, pero está progresando. Sabe que es probable que su fobia nunca desaparecerá por completo, pero está decidido a no dejar que le controle la vida.
La claustrofobia puede manifestarse de diferentes maneras
Como en el caso de Jesús puede que estés tranquilo en lugares encerrados sin mucha gente, o de igual forma la ansiedad te puede atacar.
Por ello, sin importar el tipo de miedo que tengas es bueno ir a terapia. El profesional puede detectar qué es lo que está sucediendo dentro de ti.
Este tipo de claustrofobia es muy común, y es que, al haber mucha gente, da la impresión de que estamos más encerrados ¡Te podemos entender!
Y seguro que si buscas ayuda profesional podrás sentirte mejor.
Antes de despedirnos, puedes mirar el siguiente post relacionado a la claustrofobia.