La malaxofobia es un miedo que se relaciona con los juegos amorosos o de seducción, a tal punto que puede provocar ansiedad a quien lo padece. Ya sea al imaginar, vivir, o simplemente ver cómo seducen a otra persona.
El pánico de esta fobia específica, puede aparecer cuando se trata de tu pareja o cualquier otra persona. De manera que no tiene nada que ver con la conciencia de que estás haciendo algo malo, aunque puedes tener esa falsa percepción.
¿En qué consiste la malaxofobia?
Como toda fobia, es un trastorno de ansiedad que provoca rechazo hacia cualquier conducta relacionada con la seducción. No estamos hablando de incomodidad, vergüenza, que suele ser normal. Sino de un miedo completamente irracional.
Incluso, la persona afectada puede preferir no tener relaciones sexuales, para evitar cualquier tipo de juego previo o durante el acto sexual.
No se trata de filofobia (miedo al amor), genofobia (fobia al sexo), afenfosfobia (temor a ser tocado), gamofobia (miedo al matrimonio), u otros miedos relacionados, como:
- Filemafobia.
- Anuptafobia.
Aunque podría existir una relación, la malaxofobia es un miedo completamente diferente. Incluso, se recomienda buscar ayuda médica para comprobar que realmente lo padeces, y no otro tipo miedo como los que hemos mencionado.
Síntomas de la malaxofobia
Además, de los síntomas relacionados con la ansiedad, una persona con fobia a los juegos amorosos puede evadir el contacto sexual, no porque quiera, sino porque teme que haya seducción. Esto a su vez puede provocar frustración, mal humor, e incluso depresión.
Dependiendo de la gravedad del asunto, el paciente puede evadir cualquiera escena que tenga que ver con seducción, como por ejemplo películas, acudir a bares, o simplemente presenciar un baile sensual.
Debido a que una fobia relacionada con el área sexual, la mayoría de los que la padecen se avergüenzan de contarlo, lo que dificulta mucho más su superación.
¿Qué hacer si tengo fobia a los juegos sexuales?
Es simple, debes contarlo a una persona de confianza, y/o buscar ayuda profesional. No tengas miedo, es algo que suele ocurrir a menudo, no solo con el área sexual, sino con muchos tipos de situaciones, las fobias son muy comunes.
Si tienes pareja, habla con ella. Es importante, para que no malinterprete tu rechazo, o el hecho de que vas directo al sexo. Un mal entendido podría provocar la ruptura de la relación por completo.
Causas del miedo a la seducción
La causa podría ser desde un trauma relacionado con la seducción, hasta abusos sexuales directos. Por ejemplo, alguien por broma pudo haberte tratado de seducir cuando eras niño, y te avergonzó delante de muchas personas.
O pudiste haber sido abusado sexualmente en tu niñez. También, puede ocurrir que, ninguno de estos escenarios haya acontecido, y simplemente es una fobia que ha aparecido. Suele ser muy común en personas tímidas o inseguras.
Otro origen puede ser padecer de alguna enfermedad sexual, lo que hace que desees complacer tus deseos rápidamente antes de exponerte. Por ejemplo, hombres con problemas de erección, que tienen miedo de perderla y ser descubierto, van directo al acto sexual.
En conclusión, solo un especialista puede evaluar tu caso, y debes ser sincero con él o ella de manera que puedan encontrar el origen de la malaxofobia.
Tratamiento para la malaxofobia
Como todo tipo de fobia, se recomienda un estudio profesional para descubrir el verdadero origen, y determinar el perfil del paciente. Dependiendo de esto se pueden utilizar diversos tratamientos.
Las terapias serán parte del tratamiento, sin embargo, va a variar de acuerdo a la gravedad del asunto. Si la fobia está alterando demasiados los nervios, a tal punto de que aun estando lejos del escenario fóbico tienes ansiedad, se puede evaluar la posibilidad de medicar.
Los ejercicios de respiración también serán parte de los tratamientos aplicados, en especial para mantener la calma, tanto cuando estés expuesto a los juegos sexuales, como cuando te encuentres realizando cualquier otra actividad.
¿Quieres ser tratado por un experto? Te recomendamos desde ya contactar a uno, y así comenzar con el proceso de recuperación.