Las Malas Interpretaciones: A todo le llaman fobia

El progresismo y movimiento woke que podemos decir ya están asolando al mundo, han creado una generación débil que en todo ve irrespeto y por lo tanto sale a atacar al conglomerado –supuestamente- en nombre de los más desprotegidos, llevando en sus acciones malas interpretaciones.

Aseguran que dominan varios temas sobre cada ítem y que su palabra salvará a los desprotegidos y, aquellos que son sus resguardados, se terminan preguntándose, ¿Desprotegidos por qué?, ¿Cómo nos catalogan así?

Ciertamente tienen mucha razón, pero ya entraron a ser parte del dominio público, tanto de gobiernos que buscan castigar a los inocentes inmersos en paparruchas procuradas por ellos mismos, incluso haciendo malas interpretaciones de las leyes vigentes a las cuales van a “mejorar” en perjuicio de una mayoría, dizque por defender a una minoría.

Y no se interprete mal, claro está que hay que ayudar al necesitado e incluso recordarle a cada persona sus derechos y deberes ciudadanos, como los iguales que son. Pero a ningún político, gente de los grupos de poder y ahora los grupos que dicen defender  las minorías, les conviene que la gente se sepa ciudadana, es mejor que se les diga pueblo –para arrullarlos y tenerlos bajo su ala siempre- y para que no sepan que pueden y deben aspirar a más.

De malas interpretaciones estamos llenos

A todo le llaman fobia, sin que se corresponda a los muchos términos y comprobadas explicaciones que en esta página web les hemos brindado. La tergiversación se enfoca en que un sector atacó al otro y por ende debe ser castigado ya sea por los jueces en los juzgados o los jueces en las redes sociales.

Coloquemos por ejemplo a la homofobia en el contexto laboral. Si una persona homosexual (léase bien, persona, que es lo que realmente importa), no es aceptada en un empleo, de inmediato todos salen a vociferar que es por su inclinación, sin darle chance de preguntar a quien no le asignó el empleo el motivo para ello.

Luego, se descubre que profesional y en la práctica, esa persona no cumplía con los estándares solicitados y por eso, como a cualquier postulante, fue rechazado. Y luego de un gran enfrentamiento moral que ni siquiera debió surgir, en el cual lo más fecundo fueron las malas interpretaciones, se le exige al contratante que lo coloque en nómina porque hay que cumplir una cuota de género.

Si esa persona no da la talla, el negocio se perjudica y en caso de ser despedido, vuelve otra vez la supuesta polémica. E incluso, la misma persona llega a explicar que no tenía las capacidades solicitadas para dicho cargo, los grupos contra la homofobia les dice que no importa, que su derecho al trabajo no puede ser excluido solamente por aquello que no sabe y quizá podría luego aprender.

Allí surgen más malas interpretaciones que castigan al empleador de algo que voluntariamente no hizo (no discriminó a la persona).

Y es así como van creciendo

Más malas interpretaciones se asocian a las fobias y pasan a ser de condiciones psicológicas a puntos de debate y separación, ya que aquello de los “pobres, clase media y ricos”, ya está muy trillado.

Sólo les falta sacarles partido a quienes tienen acrofobia o coulrofobia, para buscar soluciones falsas, inexistentes y verdaderamente discriminantes a las aerolíneas, edificios muy altos o a quienes hacen salto en paracaídas, así como a los payasos en los circos, fiestas infantiles o la ficción

coulrofobia - el miedo a los payasos

Se la pasarán haciendo malas interpretaciones al estar siempre generalizando el miedo de alguien como algo masivo y que el que otros puedan hacerlo o no le brinden una oportunidad relacionada, es un acto de discriminación / separatista que merece todo el castigo y exhibición mediática posible.

Por lo tanto, tengan cuidado de las supuestas fobias entre las personas o grupos sociales, especialmente si se hacen materia de Estado o mediática, porque pueden ser parte de un ajedrez malévolo que se burla incluso de su condición de salud y, en vez de hermanarnos para buscar apoyo, mejoría e integración, no sectorizan y crean una variante malévola y desvirtuada plagada de malas interpretaciones del trastorno de ansiedad social, lo que bien conocemos como fobia social.

Lcdo. Argenis Serrano

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